La limpieza de moco es fundamental para mantener las vías respiratorias despejadas y evitar complicaciones pulmonares. Técnicas como la terapia de presión espiratoria positiva (PEP), la inhalación con solución salina hipertónica y la fisioterapia respiratoria ayudan a movilizar y eliminar las secreciones acumuladas. Es especialmente útil en pacientes con enfermedades crónicas como asma, EPOC y fibrosis quística, permitiendo una mejor respiración y reduciendo el riesgo de infecciones.
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